Tras la enérgica protesta y rechazo por los despidos masivos que se han efectuado durante las últimas semanas en los principales medios de comunicación masiva, el Colegio de Periodistas de Lima, envió una carta a la Ministra de Trabajo y Promoción del Empleo, Sylvia Cáceres Pizarro, para que sancione y ponga fin a los atropellos contra cientos de periodistas que están siendo despedidos, en algunos casos sin goce de haber o con renuncias disfrazadas, bajo el pretexto de la crisis sanitaria y económica que agobian por igual a todo el país.
En ese sentido, la directiva del CPL ha solicitado a la titular de dicha cartera ministerial revisar cada uno de los casos de los hombres y mujeres de prensa que han sido despedidos. Similar pedido se hizo a la Superintendencia Nacional de Fiscalización Nacional (SUNAFIL), órgano dependiente creado para tales fines.
Asimismo, por ser de ley, el gremio periodístico exhortó a Cáceres Pizarro, garantizar el respeto de los trabajadores de la prensa, así como también generar las condiciones adecuadas y transparentes para el desarrollo de las actividades económicas de las empresas en mención.
“Los despidos arbitrarios e ilegales se contradicen, pues las principales empresas periodísticas de nuestro medio han obtenido ayuda económica del Gobierno Central, precisamente para afrontar la crisis económica de esta pandemia que todos vivimos”, señala el comunicado oficial del CPL del pasado 16 de junio.
El Decano del Colegio de Periodistas de Lima, Ricardo Burgos, afirmó que la Orden no cesará en la defensa institucional de los intereses profesionales y económicos del gremio. Tampoco, añadió, se permitirán artificios legales que desvinculen a los periodistas de sus medios de comunicación de manera inhumana e irregular, como está ocurriendo en la actualidad, sin que las autoridades de trabajo enmienden la plana a los infractores de las leyes laborales.
Según la revista Periodistas, vocero institucional del colegio regional limeño, en lo que va de la pandemia han muerto 42 periodistas y comunicadores en todo el país. Los medios de comunicación y el gobierno, lejos de reconocer el gran esfuerzo de los periodistas y homenajear a sus soldados de la pluma caídos en el cumplimiento del deber, los acosan y despiden de sus centros de labor.